VEDETTE CELESTIAL

Mención Honrosa

Tendría que lucir distinta aunque fuera una vez en su existencia. Tendría que sacarse toda la carga de años que llevaba a cuestas. Tendría que acallar todo lo dicho durante siglos. Habría que transformar su pálida belleza en el reflejo de la ciudad que observaba cada día. Sólo tendríamos que llegar hasta la punta del cerro y colocar unos reflectores con ampolletas rojas para que la Virgen se transformara y llegara a ser aquello que nunca sería: la vedette de una fría noche de invierno capitalino.

Rodrigo Romero Flores, 28 años,
Ñuñoa.