INTEMPERIE

Tercer Lugar

Vendí a consignación revistas Quirquincho y Papaya. También vendí en la Vega Central revistas pornográficas que un amigo traía de Brasil, además de Metropolitan y Playboy. El negocio siempre fue incierto. Debí recorrer medio Santiago para poder almorzar y beber un bigoteado decente en San Diego. Los clientes buenos estaban en la Plaza Almagro. Nunca tuve un maldito peso. Siempre usé el mismo vestón brilloso y los pantalones pinzados que me regaló Carlota en Bismark. Qué alegría haberme encontrado con ella ese miércoles. Me llevó a su departamento en Santa Isabel. Comimos porotos con riendas. Me salvó el día.

María Carolina Novoa, 44 años,
La Reina .