Segundo Lugar
Caminó por calles antiguas y por avenidas. Buscaba y buscaba. Pasó por tiendas de abarrotes y de repuestos de autos. Vio peleas con puñales. Pasó por plazas y parroquias. Los pies se le comenzaron a hundir en el suelo. Y siguió caminando y buscando. Vio tomas y rascacielos. Ya se hundía hasta la cintura. Luego, un atropello y la celebración de un gol. Los hombros desaparecían. Vio un parto en la calle y a un perro ladrándole al guanaco. Su cabeza se esfumó en la tierra. Pero apareció completo al otro lado y siguió caminando y buscando.
César Becerra Lillo, 36 años, La Florida.
Ilustración: Godersi