UNO A CERO

Tercer Lugar

Levanta la cabeza mientras ve la tribuna llena frente a él. El partido lo sufre callado, como si nadie más entendiera. Todo parece eterno, hasta que esa pelota recorre el área de un lado a otro, antes de quebrar noventa minutos de silencio. Y es entonces cuando el grito sale furioso y siente como si su voz fuese la única en el estadio y que nadie pudiera detenerlo en su desatada carrera hacia la reja. En la galería visitante, el único hincha de provincia saborea su victoria personal.

Felipe Castro , 36 años,
Las Condes.