Mención Honrosa
Doblo la esquina. Respiro hondo. Las trenzas derramándose en mi espalda me recuerdan que mi cuerpo pugna por escapar del vestido excesivamente brillante. Detengo la mano frente a mi boca y respiro el profundo soplo de la desesperación. Mis manos lánguidas descansan muertas en la roja y estrecha falda y el viento inmóvil se mofa desde la otra esquina. Enfilando por la Alameda, se detiene a mis pies. Una fuerza invisible me precipita dentro, el taxímetro no corre y la oscuridad resguarda al conductor, que sin prisa se sienta a mi lado.
Francisco Alfonso Pérez Mora, 18 años,
Santiago.