Mención Honrosa
En la tele dijeron que las aguas del Mapocho llegan al mar. Se demoran eso sí, pero cuando una se cree el cuento o le meten el dedo en la boca, es como si los días pasaran volando. Es por eso, comadre, que vengo al Pío Nono todas las noches. Me instalo a llorar con la esperanza de que mis penas lleguen a la playa, escoltadas por la mugre y las gaviotas, y le digan al Ulises que se venga pronto, que el niño anda perdido, que no aguanto más y que 10 años es mucho para una pobre modista.
Ignacio Cobo, 23 años,
San Joaquín .