LA PRUEBA

Segundo Lugar

La micro iba llena. Alcancé a subir. El profe no correría la prueba de nuevo, así que como pude me puse a leer. Se trataba de una guerra, un tal Aquiles y un caballo de madera. O algo así. Una cuadra antes de llegar al liceo estiré el brazo y toqué el timbre, pero la puerta no abrió. Volví a tocar, pero no pasó nada. Noté que el chofer me hacía gestos extraños y que hablaba en voz baja, muy baja. Entonces comprendí que debía guardar silencio, porque no saldríamos de allí dentro hasta el anochecer. Espada en mano, aguardé.

Miguel Villalobos, 31 años,
La Granja.

Ilustración: Niño Pan.