HALLULLAS CALIENTES

PRIMER LUGAR

Comprábamos pan en la panadería de Marín, esa que quedaba a dos cuadras y estaba cerca de los moteles. Esperábamos que salieran del horno y nos volvíamos caminando mientras pellizcábamos la misma hallulla. Un poquito tú, un poquito yo. El amor quizá era eso, compartir a bocados mientras caminábamos sin saber muy bien a dónde ir.

Catalina Hernández Hormazábal, 27 años,
Providencia.

Ilustración: Silvana Youlton.