Mención Honrosa
Esa mañana, la primera detrás de la cinta de peligro era la presidenta de la junta de vecinos. El único árbol, símbolo de unión de la comunidad, iba a ser cortado, sin importar las cartas al municipio, las marchas y los cacerolazos. Caería ante la mirada extasiada de los ejecutivos viales, deseosos de construir una carretera sobre el cadáver de lo único que decoraba un barrio seco y polvoriento. A las ocho en punto la copa tocó el suelo. El retumbar metálico descolocó a los presentes. Aquella araucaria que por años los conectó, siempre verde y viva, era una antena telefónica.
Camila Vergara Orellana, 33 años, Las Condes.
Ilustración: Antonieta Corvalán | @antonietacorvalan