CUESCO STATUS

Segundo Lugar

El guatón Juancho aparecía en los meses de verano, pero jamás se veía en invierno. Llegaba corriendo y se iba al anochecer después de la última pichanga. Con sus dedos chorreados de duraznos maduros, reía y reía sentado en un sauce sobre el Mapocho. Nadie comía tantos. Cuando la rama cedió, el río se lo llevó velozmente. Su padre salió a buscarlo hasta encontrarlo kilómetros más allá. En su taller aún conserva un remo desteñido. Yo tengo un cuesco que cayó de su pantalón cuando acercaron el cuerpo a la orilla. Quizás lo plante algún día.

Hernán Pino Pérez, 46 años,
Quinta Normal .