LOS ENANOS

Mención Honrosa

La cosa es así: dentro de cada cajero automático hay un enano que cuenta la plata, recibe depósitos y escribe los comprobantes. Cuando algún enano se queda sin plata, corre por las alcantarillas hasta el cajero más cercano, y le pide plata a su colega. Todos sabemos que los enanos son mal genio, así que a veces pelean y no se prestan plata. Es entonces cuando quedan fuera de servicio. Para pasar la rabia, el enano en cuestión prende un cigarrillo, busca un teléfono público y conversa con el gnomo que da el vuelto.

Miguel Ángel Labarca, 24 años,
Providencia .