MENCIÓN HONROSA
Si hay una estación de trenes como centro cultural, una casa de acuñación de monedas como palacio de gobierno, castillos patrimoniales como oficinas o consultas dentales, edificios de la antigua aristocracia como institutos o universidades y estadios deportivos como salas de conciertos, no tiene nada de extraño que la habitación administrada por los curas a la que llegué a vivir cuando era estudiante, en la que perdí mi virginidad, sobrellevé mis primeras borracheras y escribí mis primeros poemas, sea hoy, después de diez años, la cocina de un restaurante de comida peruana travesti.
Rafael Berríos Peñaloza, 30 años,
Santiago.